Acabas de entrar en casa de Guiem, aclamado telépata y mago de la palabra.
¿Has entrado por curiosidad? ¿Por necesidad? ¿Por casualidad?
Guiem está sentado en el medio de la sala, con las manos boca arriba sobre una mesa.
Está mirando a través de ti.
Guiem está sentado en el medio de la sala, con las manos boca arriba sobre una mesa.
Tiene los ojos abiertos, pero no te está mirando a ti.
Está mirando a través de ti.
Vuelves a mirarle a los ojos.
Pero ahora es distinto.
Guiem y tú habéis hecho:
¡contacto visual!
Sus globos oculares son dos canicas de las gordas, dos piscinas redondas que ya empapan toda la habitación, dos planetas con una gravedad insoportable.
Has caído en su órbita ocular,
y orbitas
Hasta que acabas
cayendo
dentro....
Tus sensaciones
se desvanecen...
Tu cuerpo
se evapora...
Solo queda tu conciencia, flotando
dentro de una
☯ esfera líquida ☯
y un leve centrifugado,
lento y suave.
lento y suave.
lento y suave.
Sé que eres una persona ocupada.
Y, sin embargo, sigues aquí.
Claro,
¿quién no querría
volver a flotar un rato
en el vientre de su madre?
Tarde o temprano tendrás que volver a tus obligaciones.
Pero, hasta entonces, puedes quedarte en mi casa todo el tiempo que quieras.